sábado, 2 de mayo de 2015

Proyecciones y realidades electorales

Finalmente, Horacio Rodríguez Larreta se impuso a Gabriela Michetti. Antes de que Mauricio Macri decidiera apoyar al primero, varios encuestadores coincidíamos en otorgar una clara ventaja a la segunda. Luego de ese apoyo, aquella primigenia diferencia se fue achicando. Diez días antes de los comicios, nuestra medición ubicaba a Michetti cuatro puntos arriba. La última semana, esa brecha se redujo a 1,1%, configurando así un escenario de empate técnico. Por su parte, otros encuestadores que también verificaron similar tendencia alcanzaron a corregir sus estimaciones anticipando correctamente el triunfo de Larreta.
¿Por qué ganó Rodríguez Larreta?
A nuestro juicio, los triunfos del PRO en Capital siempre han obedecido a la concurrencia de dos factores: la preferencia hacia Macri y la intención de castigar al kirchnerismo. Con independencia de eso, hasta hace poco los porteños preferían el carisma de Gabriela Michetti antes que el bajo perfil de Larreta. Pero la necesidad política de Macri inclinó la balanza a favor de su jefe de Gabinete. Presentarlo como el artífice operativo de una gestión exitosa y, por ende, lograr que se lo perciba como su garante resultó una jugada ingeniosa del líder del PRO. Primero, porque convenció a sus simpatizantes pero, además, porque señaló claramente a qué candidato debían votar los antikirchneristas para salvaguardar su voto útil. Ante ese entramado de causas, la estrella de Gabriela Michetti quedó claramente relegada a un segundo plano.
¿Por qué nuestro pronóstico fue erróneo?
Cuando la predicción de un sondeo resulta errónea, no sólo falla un cálculo estadístico, sino la lógica explicativa que le da marco. Una medición telefónica nos anticipaba un triunfo de Rodríguez Larreta. Un excesivo control de variables nos condujo a realizar una encuesta personal a efectos de descartar el posible sesgo del sondeo telefónico. Para nuestra sorpresa, el resultado de la encuesta personal mostró a una Gabriela Michetti que aún conservaba ventaja. Fue la dificultad de renunciar al marco explicativo previo que prescribía mayores chances a Michetti, lo que nos impidió atender a la evidencia que, al final, resultó correcta. Ciertamente, podríamos haber replicado el cotejo entre ambas metodologías, que acaso nos habría permitió corregir el error; pero el tiempo ya se había agotado.
Aunque la explicación del desacierto no exime nuestra responsabilidad, nuestro respeto al lector nos determina a hacerla.
*Director de González y Valladares.
http://www.perfil.com/columnistas/Proyecciones-y-realidades-electorales-20150502-0023.html

domingo, 26 de abril de 2015

Lo cierto y lo probable en la carrera presidencial

A cuatro meses de las PASO presidenciales existen algunas certezas, mientras subsisten muchas incógnitas.
Certezas: aunque con probabilidades disímiles, existen cuanto candidatos con chances presidenciales: Daniel Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa y Florencio Randazzo.  
Daniel Scioli y Mauricio Macri resultan hoy los dos candidatos con mayor intención de voto. Sergio Massa aún mantiene chances. Y Florencio Randazzo resulta competitivo tanto en la interna del FpV como en la primera vuelta.
Mauricio Macri se impondrá por amplia mayoría en Capital. En el resto de las provincias no aparece ningún ganador indiscutible.
Semicertezas: desde la perspectiva actual, lo más probable es que las presidenciales terminarán de resolverse en un ballottage. Por diferentes razones, a ninguno de los candidatos le alcanza para ganar en primera vuelta.
Si en las elecciones PASO Mauricio Macri o Sergio Massa superara holgadamente al otro, probablemente se transformaría en el candidato con mayor intención para una primera vuelta y en potencial ganador de un ballottage. Al respecto, la explicación es simple: entre el 65% del electorado que prefiere una alternativa opositora, cerca de 55% podría indistintamente decidirse por Macri o Massa.
Dudas: ¿quién será finalmente el candidato del FpV? Aunque en el discurso mediático se asume que será Daniel Scioli, el hecho de que Florencio Randazzo siga en carrera revelaría que, en el seno del kirchnerismo, el tema permanece abierto. A lo cual se agrega que el ministro aumenta sus posibilidades en una interna donde sólo compitiera contra el gobernador.
La presidenta Cristina Kirchner: ¿“bendecirá” a un candidato?, ¿participará activamente en la campaña a favor de alguno?, ¿se presentará a algún cargo electivo? Como suele ocurrir, los interrogantes que involucran a Cristina no tienen respuesta clara. Sólo ella lo sabe.
¿Cómo hará Mauricio Macri para lograr un desempeño en la provincia de Buenos Aires que no comprometa el caudal que pueda obtener en otras provincias? ¿Aunque la candidatura de María Eugenia Vidal no terminara de prosperar, podrá el jefe de Gobierno traccionar votos a su favor sólo por su propia imagen?
En lo concerniente a Sergio Massa, ¿cómo hará para hará para revertir el pobre desempeño que hoy tiene en provincias clave como Santa Fe, Mendoza  y CABA?, ¿prosperará el tan mencionado acuerdo con José Manuel de la Sota y Adolfo Rodríguez Saá? Y, en tal caso, ¿esto le permitirá fortalecerse en el interior?
Finalmente, ¿habrá o no un frente opositor que incluya a Macri y Massa, o esa estrategia terminará naufragando por su imposibilidad y por los riesgos que conlleva?
Conclusión: pocas certezas para muchas incógnitas.
*Director de González & Valladares.
http://www.perfil.com/columnistas/Lo-cierto-y-lo-probable-en--la-carrera-presidencial-20150426-0022.html

sábado, 18 de abril de 2015

Macri y los riesgos innecesarios

Los resultados de nuestra encuesta predicen que el PRO se impondrá cómodamente en las PASO. Sin embargo, lo que normalmente sería una buena noticia aparece teñido de problemas inesperados. Primero, porque la eventual victoria de Michetti representaría también una derrota para Mauricio Macri, en la medida en que iría  en contra de su voluntad. Pero, adicionalmente, la innecesaria disputa entre Michetti y Larreta rompe esa armonía imaginaria de la gestión en equipo que el PRO se empeña en comunicar como sello diferencial respecto de la vieja política.
Ese fondo de disputa larvada resultó indisimulable durante el reciente debate televisivo, donde ambos candidatos parecían más concentrados en impostar una falsa cordialidad que en expresar cuáles eran sus propuestas.
Lamentablemente para el macrismo es probable que el problema trascienda las PASO y termine comprometiendo su desempeño en la primera vuelta. En efecto, nuestros números indican que sea quien fuere el ganador de las PASO, luego no logrará traccionar la totalidad del voto del perdedor. Lo cual resulta una derivación natural de una lógica donde el votante termina simpatizando con un candidato y generando antipatía hacia el otro. Así, la innecesaria confrontación entre Michetti y Larreta podría costarle al PRO una pérdida comprendida entre 5 y 8 puntos, que serían capitalizados por Martín Lousteau o por Mariano Recalde y, por ende, complicarían un eventual escenario de ballottage.
La interna del macrismo es un buen ejemplo de cómo la autosuficiencia triunfalista puede ocasionar riesgos innecesarios. A Macri se le venía dando todo y quizás eso lo envalentonó desmedidamente. Es sabido que el éxito suele ser traicionero cuando genera la ilusión de invulnerabilidad. La primigenia y acrítica certeza sobre un triunfo inexorable en las elecciones porteñas podría explicar por qué el jefe de Gobierno se metió en un laberinto. Porque si gana Gabriela Michetti, Macri pierde en tanto líder contrariado; mientras que si gana Rodríguez Larreta, pierde el PRO porque la mayoría de los “Gabrielistas” decepcionados podrían migrar hacia formas aún no contaminadas de hacer política (Martín Lousteau) o hacia sus variantes más clásicas (Mariano Recalde y el FpV). Un politólogo quizás tienda a justificar la razón política tras la decisión de Mauricio Macri que engendró problemas inesperados. En cambio, un observador más avezado en cuestiones del alma humana quizás sólo tienda a ver las pasiones de siempre: deslealtad, capricho, soberbia. Acaso ambas miradas tengan su cuota de verdad
*Director de González y Valladares.
http://www.perfil.com/columnistas/Macri-y-los-riesgos--innecesarios-20150418-0082.html

viernes, 17 de abril de 2015

Tiempos líquidos de la política

Marcelo Tinelli en los tiempos líquidos de la política.
El rumor se instaló súbitamente: Marcelo Tinelli se presentaría como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. ¿Deseo, realidad, operación mediática? En los tiempos líquidos de la política, el espacio de lo posible se ha ampliado.
Una primera lectura de los resultados de nuestra encuesta parece indicar que la aceptación de aquella candidatura no se corresponde con el extraordinario rating del conductor de ShowMatch. Así, ante la pregunta simple acerca de si votaría o no a Marcelo Tinelli como para gobernador, el 15,6% respondió afirmativamente, contra el 79% que manifestó lo contrario.
La magnitud del resultado no debería soslayar el hecho de que, conforme a la misma lectura preliminar, con el 15,5% de intención de voto Marcelo Tinelli ya estaría casi en un empate técnico con Francisco de Narváez, quien actualmente encabeza la intención de voto con el 17,1%.
No obstante, a la anterior aseveración le caben relativismos: no es lo mismo el 15% en un contexto de predisposición dicotómica al voto, que la misma cifra en un contexto de competencia contra otros candidatos. En consonancia, el valor de la encuesta radica más en poner de manifiesto cuál es primera reacción preliminar a la idea de Tinelli candidato que en determinar la efectiva intención que tendría en caso de consumarse. En tal sentido, el 79% negativo quizá resulte más realista que el 15% a favor. Por ahora.
Ciertamente, si Marcelo Tinelli decidiera efectivamente incursionar en la política, el hecho a evaluar sería otro. En tal caso, habría que considerar qué razones invoca y qué ideas acomparían su postulación. Entonces, habría que realizar otro sondeo donde lo que se evalúe sea una realidad y no un rumor.
Mientras tanto, a modo de conclusión provisoria, cabe señalar que en este caso la ciudadanía no parece dispuesta a confundir de modo ingenuo el éxito mediático con la dimensión política. En síntesis, si Marcelo Tinelli aspira a ser gobernador, tendrá que encontrar las razones que justifiquen ese salto. Lo cual es justo.
*Director de González y Valladares
http://www.perfil.com/columnistas/Tiempos-liquidos-de-la-politica-20150417-0102.html

domingo, 12 de abril de 2015

El factor Gabriela y los dilemas de Macri

Hace unas semanas, a Mauricio Macri todo le sonreía. Entonces, el acuerdo con la UCR coronaba un ciclo exitoso que incluía las alianzas con Lilita y con Carlos Reutemann. Además, las encuestas lo ubicaban como el opositor con mayores chances de ingresar en un ballottage. Pero “apareció” Gabriela para recordar que la realidad suele contradecir las suposiciones ingenuas basadas en meros voluntarismos. En clave de crónica austera, podría decirse: desde hacía tiempo Gabriela Michetti aspiraba ser candidata a jefa de Gobierno. Para ella, ese deseo quedaba justificado por sus contribuciones y “sacrificios” para la causa. Si siempre cumplió con lo que Mauricio le pidió, ¿no merecía ahora que, en reconocimiento al deber cumplido, su jefe le concediera aquel viejo anhelo?
Pero el jefe tenía otros planes: su sucesor debía ser Horacio Rodríguez Larreta, porque éste era quien tendría mejores cualidades para continuar la gestión del cambio. En contraposición, Gabriela debía realizar un nuevo sacrificio en calidad de candidata a vice, en aras de coronar la epopeya “Macri presidente”.
El final era previsible: Gabriela se plantó diciendo “yo quiero ser candidata a jefa de Gobierno”, mientras que Macri redobló la apuesta diciendo “pero yo apoyo a Rodríguez Larreta”. Entonces, el PRO ya no pudo disimular un conflicto evidente de final incierto.
La rebelión anunciada de Michetti rompió ese espejo idílico que pretende representar la quintaesencia discursiva del PRO. Esto es, la idea de un nuevo modo de hacer política cuyo fin es resolver los problemas de la gente, partiendo de un modo de organización basado en un liderazgo promotor de equipos eficientes que sustituyen la politiquería de los partidos tradicionales.
¿Cómo conciliar esa visión edulcorada con la áspera realidad de una disputa que revela salvajemente la existencia de pasiones políticas tan clásicas como la ambición, el personalismo y la traición? ¿Se equivocó entonces Mauricio Macri al permitir el surgimiento de un conflicto tan inoportuno como de consecuencias imprevisibles? ¿No previó acaso que Gabriela pueda ganar la interna y dejarlo entonces mal parado? O quizás algo aun más grave: ¿no evaluó que si Larreta se impusiera sobre Michetti, podría sobrevenir en el electorado no macrista (vía identificación empática con una Gabriela derrotada) un posterior apoyo a Martín Lousteau como castigo al PRO, comprometiendo, por ende, el descontado triunfo en la Capital?
A modo de conclusión: aunque sus recientes éxitos justificaban la tentación de atribuir a Mauricio Macri el don de la estrategia, el episodio de Gabriela Michetti parece mostrarlo como el artífice de un laberinto disyuntivo donde podría terminar perdiendo suceda lo que suceda. El 26 de abril comenzará a develarse cuál es el caso.
*Director de González & Valladares.
http://www.perfil.com/columnistas/El-factor-Gabriela-y-los-dilemas-de-Macri-20150412-0023.html

domingo, 22 de marzo de 2015

Metáforas de campaña

Los resultados de la encuesta obedecen a una serie de factores concurrentes. El ascenso de Mauricio Macri quedaría explicado por el éxito en la colonización del espacio opositor, al desarrollar una política de alianzas que le permitió consolidar un supuesto frente republicano como alternativa al peronismo, donde quedaron incluidos Lilita Carrió y la UCR.
Por su parte, el ascenso del espacio oficialista representado por Daniel Scioli podría derivarse de la estructura ecológica del escenario electoral. En efecto, la ortodoxia del análisis político-ideológico prescribe que en la medida en que crece la posibilidad de un frente antiperonista de centroderecha, surge como contrapartida obligada el afianzamiento del kirchnerismo, en tanto frente Nac & Pop.
En cuanto al declive de Sergio Massa, quizás quede explicado por los peligros potenciales que entraña ensayar una estrategia híbrida en un país donde –más allá de declamaciones políticamente correctas– el desborde pasional suele ser la regla. Así, la metáfora de la “ancha avenida del medio suena coherente pero, en la práctica, puede derivar en una pérdida de identidad. En otros términos, su talón de Aquiles es que la conjunción de dos negaciones (ni K, ni anti K) resulta insuficiente para definir una identidad. En síntesis, la tan mentada “ancha avenida del medio” resultó hasta ahora un continente a la espera de un contenido.
Con el cambio de tendencia y los actuales números, muchos analistas estarán tentados de vaticinar una polarización. Pero quizás tal premura puede inducir a error. Al respecto, puede ser útil recurrir a otras metáforas de la sabiduría popular. La sentencia “no todo lo que reluce es oro” quizás resulte atinada para referir a la aparición de los primeros chisporroteos dentro de la alianza UCR-PRO. Adicionalmente, la figura de “la espuma de la cerveza” quizás resulte un símil adecuado para tener presente que, a veces, lo sustancial suele aparecer agrandado por el entusiasmo de lo novedoso.
El veredicto de las urnas terminará pulverizando las conjeturas. Mientras, las metáforas ayudan a pensar la incertidumbre.
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Metaforas-de-campana-20150322-0047.html

domingo, 15 de marzo de 2015

Convicciones y pragmatismo

Durante la semana, Ernesto Sanz y Julio Cobos mantuvieron un intenso debate sobre principios y consecuencias de una alianza con Macri. El primero fue quien mejor expresó la opción pragmática, al sostener que su propuesta de una alianza circunscripta a Macri y Carrió implicaba un acuerdo ventajoso, en contraposición a la idea de una primaria opositora amplia formulada por Cobos, a la que tildó de utópica. Aunque resultaría impropio calificar de principista la postura de Cobos, al menos éste evidenció cierto interés en salvaguardar la identidad del partido, al invocar la necesidad de un acuerdo programático previo a cualquier alianza.
En tiempos donde la conveniencia se prioriza por encima de los valores, ya no sorprende que el centenario partido de Alem debata si resulta más conveniente una alianza con el macrismo y Carrió u otra más amplia que también incluya a socialistas y a Massa. En tal sentido, la referencia irónica al mítico principio “que se rompa, pero que no se doble” resulta casi obligada.
La tensión entre principismo y pragmatismo no es nueva ni exclusiva de la política, sino consustancial de las relaciones sociales. En todo vínculo siempre se cede algo valorado en aras de la convivencia; no hacerlo entraña el riesgo de quedarse solo. La tensión entre lo valorado y lo posible resulta una cuestión de medida. Siempre existe un virtual límite donde ciertas renuncias implican claudicaciones. En política ocurre algo similar: el purismo exacerbado puede conducir al sectarismo y a la fragmentación inoperante, mientras que el pragmatismo a ultranza puede terminar socavando las identidades partidarias.
Los radicales de vieja estirpe consideran que una alianza circunscripta al PRO supone renunciar a banderas fundacionales. Los pragmáticos consideran, en cambio, que el juego hacia el poder justifica heterodoxias. Quizás ambos tengan cierta cuota de razón, al menos en el marco de la actual situación política. Pero esa razón no quita otras. El problema del devaneo radical es que se condena a sí mismo a un lugar subalterno en el largo plazo. Es  el lado oscuro del pragmatismo que se obnubila con lo inmediato. Porque: ¿cuál sería el destino de la UCR en el marco de un macrismo triunfante? O lo que resultaría aun más grave: ¿cómo podría recuperar su esencia una UCR  aliada con Macri, si  terminara derrotada?
En síntesis, el pecado original de la UCRno está dado tanto por las alianzas que la realidad política termina por “imponerle”, sino por su impericia crónica para pensarse más como protagonista que como actor de reparto.

*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Convicciones-y-pragmatismo-20150315-0033.html

domingo, 1 de marzo de 2015

La certeza y la duda

El juez Daniel Rafecas desestimó la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Kirchner. Su sentencia implica un alivio para el Gobierno y aparece en un momento oportuno para la movilización oficialista de hoy en apoyo de la Presidenta.
En cambio, la misma sentencia significa una decepción para las voces opositoras y, quizás, para muchos ciudadanos que marcharon el 18F reclamando verdad y justicia. Como suele ocurrir, la sentencia de un juez, lejos de esclarecer sobre el alcance de la verdad, termina resultando un hecho político exhibido como trofeo por sus beneficiarios, mientras confirma el escepticismo de la contraparte política y de la ciudadanía.
La política se expresa a través de actores que tienden a configurar los hechos de modo  acorde a sus propósitos. No es casual que la epistemología que dirige sus acciones aparezca bajo la estructura de la certeza. En tal sentido, Cristina y Lilita, aunque se ubiquen en las antípodas, representan los casos paradigmáticos del político que siempre se muestra como un omnisciente conocedor de la verdad, cuya revelación surge como producto de su lucidez.
La Justicia, en cambio, supone una lógica exhaustiva y sistemática para descubrir y justipreciar los hechos a fin de discriminar entre lo verdadero y lo falso, y como condición para expedirse sobre culpabilidades e inocencias. La Justicia se funda entonces en un escepticismo preliminar para arribar a una verdad final.
La opinión pública se adscribe mejor al orden de las conjeturas transformadas en certezas. Estas pueden resultar a favor o en contra de alguien, o en contra de todos los actores políticos. Así, quienes simpatizan con el Gobierno creen que la denuncia de Nisman se fundaba en una mentira para perjudicar a la Presidentea y, por eso, perciben la sentencia de Rafecas como un acto de justicia. En contraposición, los espíritus anti K creen en la verdad de la acusación de Nisman y piensan que Rafecas fue presionado por el Gobierno para cerrar el caso. Por último, la legión de los escépticos generalizados termina por dudar de todo y de todos. Quizás algo más grave: en rigor, este escepticismo ciudadano se define no por la duda sino por la certeza de que tanto la política como la Justicia son simulacros al servicio de la mala fe. Más allá de la sentencia de un juez, cuando Cristina pronuncie su discurso una multitud devolverá sonrisas y aplausos. Pero también habrá miles de miradas que creerán asistir a un nuevo acto de una misma y ancestral impostura.
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/La-certeza-y-la-duda-20150301-0044.html

domingo, 22 de febrero de 2015

Controversias y evidencias detrás del 18F

El 18F dejó evidencias y controversias. Aunque algunas voces del oficialismo se empeñen en cuestionar los motivos, lo cierto es  que una multitud marchó de modo silencioso para expresar valores. Justicia, verdad, respeto, solidaridad, transparencia, paz o unión son algunos de los significados emergentes tras ese enorme silencio. Ante tal evidencia, una pregunta recurrente es si la Presidenta escuchará el mensaje de la sociedad. La respuesta parece ser negativa. La reacción del Gobierno ha oscilado entre la negación, la indiferencia y la descalificación.
Lamentablemente, las declaraciones del oficialismo en torno a la trágica muerte del fiscal Alberto Nisman sólo lograron ahondar el sentimiento de divorcio con la ciudadanía.
En efecto, en los discursos presidenciales previos a la marcha prevalecía un tono acusatorio y egocéntrico, alejado del sentimiento de una sociedad conmocionada. Expresiones como: “Nosotros nos quedamos con el canto y a ellos les dejamos el silencio” o “El odio, el agravio, la infamia, la calumnia se los dejamos a ellos”, representan a una presidenta siempre dispuesta a confrontar.
Con posterioridad a la marcha, algunos voceros del oficialismo insistieron en el agravio como única herramienta de respuesta a la demanda de valores republicanos del 18F.  Mariano Recalde la calificó como “la vergonzosa marcha de los que fueron cómplices de la impunidad y de los delincuentes y asesinos de este país”, para concluir: “La oligarquía histórica y hoy representada en distintas corporaciones nos madrugó con una de las operaciones políticas más nefastas que ha vivido la democracia argentina”.
La muerte del fiscal Nisman ya se ha convertido en un símbolo que pone de relieve el sórdido entramado de las fuerzas subterráneas que acechan desde el interior del propio poder. La reacción del Gobierno ante tanto infortunio ha contribuido a acrecentar las propias sombras en que su egocentrismo y su impericia lo han subsumido.
*Director de González, Valladares y Asociados.
http://www.perfil.com/columnistas/Controversias-y-evidencias-detras-del-18F-20150222-0061.html

domingo, 8 de febrero de 2015

Extrañas alquimias

Finalmente Lilita se dio el gusto. O quizá satisfizo un capricho. Aunque los hechos políticos deben ser analizados en su propio nivel, la dimensión personal de los dirigentes aporta a su comprensión. ¿Tiene Carrió el deseo secreto de ser presidenta?, ¿creerá que es posible? En rigor, alguna vez lo expresó: “Voy a competir con Macri y le voy a ganar”. Aunque determinar las reales intenciones de las personas resulte difícil, no se puede renunciar a hacerlo. Cuando Lilita invoca la necesidad de salvar a la República para justificar su acuerdo con Mauricio Macri, es válido preguntarse si aceptaría seguir adelante en caso de perder la primaria. El resultado de nuestra encuesta resulta lapidario: Macri se impondría con más del 80% en esa interna. ¿Hará Lilita semejante sacrificio político para salvaguardar las instituciones? Las grandes personalidades de la historia siempre parecen inspiradas por esta máxima de Almafuerte: “No te des por vencido, ni aún vencido”. Aunque a veces resulte poco razonable.
¿Ganará Macri con este acuerdo? Los resultados de nuestra encuesta sugieren un beneficio pobre: la alianza con Carrió estaría sumando apenas 2 puntos a su candidatura. La contrapartida es  el impacto negativo que genera el acuerdo, que se percibe más como “un engendro político que resta” que como “un acuerdo inteligente que suma”. 
Oscar Wilde sostenía que “en este mundo sólo hay dos tragedias: una es no conseguir lo que se desea y la otra conseguirlo”. Macri y Lilita parecen haber cumplido un deseo, pero los espíritus escépticos elucubran que el resultado será más pérdida que ganancia. Porque: ¿cómo imaginarse el día a día de una alquimia electoral tan extraña?
Sin embargo, resulta justo rescatar algún mérito en el acuerdo: al menos Macri y Carrió decidieron arriesgarse a un hecho político disruptivo. En tiempos de mezquindades y dilaciones resulta loable.
En cuanto al escenario electoral tomado conjuntamente, vuelve a prevalecer la monotonía. Ningún candidato consigue sacar una clara ventaja al resto. Quizá la explicación sea la ausencia de propuestas acordes a los problemas. Mientras los candidatos calculan sus acciones a paso de tortuga, la realidad vuelve a imponerse como un tsunami. Como se ha señalado alguna vez: los hechos extraordinarios ameritan soluciones extraordinarias. Pero éstas no terminan de aparecer.
* Director de González y Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Extranas-alquimias-20150208-0008.html

domingo, 1 de febrero de 2015

El mal y las sombras del poder

La única certeza es que el fiscal Alberto Nisman ya no está. Lo demás son aproximaciones más o menos verosímiles. Hace un par de semanas, en esta columna se discurrió sobre hipótesis conspirativas, escepticismo y paranoia. La realidad determina que, a veces, los temores se tornen pesadillas.
¿Suicidio o asesinato? ¿Denuncia genuina u operación contra el Gobierno? En nuestra encuesta publicada la semana anterior se expresaba el grado de escepticismo social. En efecto, más del 60% de los ciudadanos cree que el caso Nisman nunca se esclarecerá.
La muerte del fiscal es una de las mayores tragedias políticas desde el advenimiento de la democracia. Su gravedad ameritaba una intervención sensible, serena y ecuánime por parte del Gobierno, aun bajo el supuesto caso de que éste fuera víctima de un complot.
En contraposición, las sucesivas declaraciones de la presidenta Cristina Kirchner sólo aportaron dureza, mezquindad política y egocentrismo. Como en otras ocasiones, prevalecieron las palabras frías, expresadas en tono de certezas y empeñadas en atribuir el mal a los enemigos de siempre. La sensibilidad ante el dolor de la muerte y la templanza que corresponden a un estadista quedaron nuevamente lejos.
Un koan zen interroga: “Si tienes miedo de quien protege, ¿quién podrá protegerte de ese temor?”. Aplicado al caso, no se trata de misticismo oriental sino de desesperación ciudadana. En la marcha espontánea del lunes 19 se veía gente llorando. La vida en sociedad sólo es posible mientras se conserva una cadena de garantías. Un Estado de derecho es precisamente eso. Cuando se resquebraja, surgen el miedo y la parálisis. Y cuando el último garante elude su condición de tal, se intuye la dimensión del abismo.
Las acusaciones del fiscal Nisman contra el Gobierno podrán resultar verdaderas o falsas. Pero lo cierto es que detrás de su muerte se perfila una trama siniestra de intrigas, complots y perversas inteligencias desmadradas. Aunque el Gobierno insista en ser inocente de lo primero, no puede negar su responsabilidad sobre lo último.
Todo drama político remite en última instancia a un problema moral. No hace falta ser religioso para sostener que la civilización implica el intento humano de defenderse de su propio mal. Aunque sería ingenuo esperar que un gobierno resulte la encarnación del bien, es sensato confiar en que al menos no coquetee con el mal.
La moraleja es tan sencilla como conocida a través de la historia: cuando un gobierno incurre en la tentación de hacer jugar para sí a las fuerzas oscuras, tarde o temprano éstas terminan por salpicarlo. Y ante eso no caben excusas, reconocimientos tardíos ni desprolijos intentos de jugar a que todo cambie para que, finalmente, continúe igual.
*Director de González y Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/El-mal-y-las-sombras-del-poder-20150201-0025.html

sábado, 17 de enero de 2015

Verdades y mentiras

El fiscal Alberto Nisman denunció a la presidente Cristina Kirchner, al canciller Héctor Timeman y a otros dirigentes políticos, a quienes acusó del presunto delito de encubrimiento del atentado a la AMIA. Nisman manifestó tener pruebas suficientes que avalarían la conformación de una asociación ilícita que, a modo de embajada paralela, habría permitido dicho encubrimiento.
El canciller Héctor Timerman, a través de un comunicado, sostuvo que las acusaciones del fiscal Nisman son sólo mentiras. Mañana continuará el segundo acto en el Congreso Nacional. Allí Nisman deberá ampliar sus dichos frente a la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados. A tenor de lo anticipado, se supone que el fiscal aportará mayores precisiones. Por su parte, el oficialismo promete asistir “con los tapones de punta” para desenmascarar lo que no sería más que una gran patraña orquestada contra el Gobierno.
Sin duda, se trata de un tema político y jurídico cuyas derivaciones impactan sobre la opinión pública. La política y la Justicia tienen reglas y tiempos que suelen ser incompatibles. Además, resultan extrañas a la opinión ciudadana, siempre propensa a la sospecha y al descreimiento general. Como ya ha ocurrido con otros temas, es probable que la ciudadanía termine escéptica respecto del esclarecimiento de las denuncias del fiscal Nisman. Sucede que el hecho aparece con todos los ingredientes que alimentan las hipótesis conspirativas que nunca terminan de comprobarse. En efecto, un fiscal afirma haber realizado escuchas en las que colaboraron agentes de inteligencia, donde se evidenciarían oscuras maniobras de un gobierno. Pero ese mismo gobierno niega los hechos, mientras denuncia la oscura intencionalidad política del denunciante. Además, se siembran sospechas sobre el rol actual de aquel agente de inteligencia. Así como en las películas de espionaje, la lógica de la verdad y la mentira entramadas en inteligencias y contrainteligencias cuasi inescrutables termina resultando el mejor alimento para una narrativa conspirativa de final incierto.
La paranoia es la certeza de que alguien tiene la intención de dañarnos, aunque no exista en la realidad. No obstante, el psiquiatra escocés Ronald Laing advirtió lúcidamente que aunque existe una palabra para referir al temor ante falsos perseguidores, no existe otra equivalente referida a perseguidores verdaderos. El problema es que a veces resulta difícil discernir cuál es el caso. Análogamente, la idea de un poder oculto donde se elucubran y realizan planes maquiavélicos y tenebrosos puede ser verdadera o falsa. Lástima que los ciudadanos nunca terminan de conocer con certeza cuál es el real alcance de la verdad y la mentira.
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Verdades-y-mentiras-20150117-0095.html

sábado, 10 de enero de 2015

Matrimonio por conveniencia

Con su visita a un evento del Grupo Clarín, el gobernador Daniel Scioli fue adonde el fundamentalismo kirchnerista considera que no debe ir. Eso volvió a poner de manifiesto lo que ya se sabe: el bonaerense es un candidato no deseado por Cristina Kirchner. Desde el oficialismo, la acusación es simple: Scioli es un impostor y, por ende, no expresa la pureza del modelo. Pero como en las cuestiones del poder las convicciones ceden ante el pragmatismo, mientras no haya un candidato propio con chances reales, la candidatura del gobernador seguirá sosteniéndose por conveniencia.
Desde el punto de vista de Daniel Scioli, ¿tenía derecho a asistir a un evento cultural que forma parte de la agenda turística dentro de una provincia que gobierna? Ciertamente, sí.
Pero lo que resulta incoherente es insistir en que se forma parte de un proyecto cuya identidad se define por su enfrentamiento con enemigos construidos, de lo cual se desprende que hay actos que no deberían consumarse. Como el niño que argumenta “tocar el aire” como coartada para disimular su evidente intención de molestar a otro, Scioli insiste en hacerse el distraído ante lo que todos saben.
La secuencia no es más que un nuevo acto que ya suena a déjà-vu. O quizás, recordando a Nietzsche, a eterno retorno.
Sin embargo, muchos analistas de la política especulan como si se tratara de un hecho original. O como si resultara de una trama secreta cuyo carácter habría que revelar. Entonces se ensayan las mismas conjeturas de siempre: que Cristina Kirchner no termina de bendecir a Scioli por el síndrome del pato rengo; que sólo son fuegos de artificio para condicionarlo; que son los chisporroteos de la interna peronista, entre muchas otras elucubraciones.
Psicología del poder. Como la interpretación política es al fin un entramado de conjeturas, aquí bosquejaremos una de corte psicológico. La tesis es simple: Cristina Kirchner desprecia a Daniel Scioli. Por lo tanto, horadar sus chances es un fin tan estratégico como su propia supervivencia política. El problema es que ambos fines parecen contradictorios.
Sin embargo, para desgracia de la Presidenta, hay algo más: durante la década kirchnerista, Cristina fue banca y Scioli punto. Si Scioli fuera presidente, esa ecuación se invertiría. Corolario: si Cristina quiere preservar alguna cuota de poder futuro, entonces Scioli no debería ser su candidato. Su problema real es que ninguno de sus preferidos asoma con chances serias.
Aunque parezca que es Daniel Scioli quien está atrapado en un dilema, quizás tanto él como la Presidenta hayan quedado prisioneros de la espuria sociedad que supieron conseguir.
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Matrimonio--por-conveniencia-20150110-0090.html


sábado, 3 de enero de 2015

Cuatro candidatos con chances en 2015

Las últimas encuestas indican que existen tres candidatos con chances firmes: Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri. Pero no habría que descartar a Florencio Randazzo. En cambio, aun cuando existan otras candidaturas de carácter formal, hoy sus chances resultan bajas.
A continuación, se analizan las realidades y potencialidades de los cuatro candidatos con chances ciertas.
Daniel Scioli: El gobernador arranca con 27% de intención de voto, lo cual le permitiría ingresar en un ballottage. Pero sus problemas están antes y después de las elecciones generales. En efecto, si Cristina Kirchner se decidiera por Randazzo y el kirchnerismo acompañara, la suerte de Daniel Scioli estaría comprometida. Además, aunque sorteara las PASO y luego avanzara al ballottage, podría finalmente perder contra el candidato opositor.
Sergio Massa: Arranca con 29%, que lo ubica en primer lugar. Su principal mérito en 2014 fue mantenerse competitivo sin la marquesina ni los recursos que confiere la gestión. Pero también ha acumulado dudas. Su principal desafío será demostrar que realmente es capaz de desarrollar un proyecto de país  que trasciende al actual, ante un electorado escéptico que insiste en percibir toques de déjà vu con el universo K. Aun a pesar de ese estigma, Massa es quien aparece con mayores probabilidades de superar al oficialismo en un ballotage.
Mauricio Macri: el líder del PRO arranca con 21%. Sus chances son proporcionales al desencanto de la sociedad con el peronismo y sus variantes. Su mayor logro en 2014 fue levantar el techo ideológico que tornaba inviable su candidatura. Pero aunque las razones negativas se hayan diluido, eso no basta. Especialmente en el conurbano bonaerense, donde el estilo PRO aún suena como música extraña. Quizás la insistencia en referirse a “la gente” en contraposición a “el pueblo” sea tanto su fortaleza como su debilidad.
Florencio Randazzo: su principal fortaleza es su fama de hacedor. En un país abrumado por la discusión estéril y los negociados fáciles, el ministro del Interior y Transporte supo hacer una diferencia. DNI, pasaportes y trenes son logros reconocidos por muchos argentinos. Quizás el problema de Randazzo sea que la ciudadanía lo percibe como demasiado K; mientras que dentro del universo K parece que no terminara de convencer a alguien.
A cada uno le faltan aún definiciones importantes en materia de alianzas, apoyos, vices, etc. Sería una lástima que esos menesteres les restaran energías para concentrarse en los programas de gobierno que demanda el país.
Director de González y Valladares consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Cuatro-candidatos--con-chances-en-2015-20150103-0079.html

domingo, 28 de diciembre de 2014

Monótono cierre del año electoral

La primera conclusión que se desprende de nuestra última encuesta electoral es su estancamiento monótono, bastante alejado de la vorágine que suele caracterizar a la política nacional. La leve ventaja de Sergio Massa sobre Daniel Scioli (29% vs. 27,1%, respectivamente), acechados por Mauricio Macri (21,1%), semeja una foto congelada en el tiempo.
Aunque es justo reconocer que el líder del PRO es quien más ha crecido durante el año, también cabe destacar que ese ciclo parece haberse detenido. Algo similar sucede con las candidatura de Daniel Scioli y de Sergio Massa, quienes no terminan de superar la módica barrera de los treinta puntos.
Quizás lo único que se ha definido en 2014 es el nacimiento, apogeo y declinación del Frente Amplio UNEN. Aquella fuerza que emergió con vigor prometiendo constituirse en una alternativa no peronista hoy languidece fragmentada y sin rumbo, luego del autoboicot infligido por Elisa “Lilita” Carrió.
Al margen de excepciones puntuales, lo cierto es que la regla que caracterizó al año fue la de expectativas desmentidas por la morosa realidad. Así, los sciolistas vieron desinflarse el globo de una candidatura capaz de perfilarse ganadora en primera vuelta a partir de una bendición presidencial que no llegó hasta ahora. Por su parte, los massistas quizás hayan comprobado lo que ya sabían: una candidatura presidencial no puede solidificarse a partir de la espuma triunfal de una legislativa. Mientras que los macristas quizás debieron percatarse de que el Metrobus y el latiguillo de la “nueva forma de hacer política” no alcanzan para ingresar a un ballottage.
No obstante, cabe reconocer que tampoco se corroboraron las profecías negativas realizadas sobre cada una de esas fuerzas políticas. Por un lado, los opositores más duros volvieron a decretar prematuramente el fin del ciclo kirchnerista. Por otro, un oficialismo sangrante por la herida se equivocó al sentenciar que Massa correría idéntica suerte a la de De Narváez. También se equivocaron quienes subestimaron el potencial del PRO más allá de la General Paz, atribuyéndole un techo ideológico que parece más un prejuicio de élites intelectuales que una realidad de los votantes.
En contraposición, quizás cada uno de los candidatos haya forjado algún mérito que justifique su permanencia en carrera. El de Daniel Scioli tal vez sea su permanente temple para capear los temporales de afuera y de adentro. El de Mauricio Macri, haber instalado la idea de que un gobierno no peronista es una posibilidad real. Por último, el mérito de Sergio Massa quizás radique en permanecer a flote sin el salvavidas que confiere una gestión.
Seguramente, esos módicos méritos no bastan para que ninguno finalice el año exultante. No obstante, darse cuenta de su insuficiencia quizás motorice proyectos capaces de entusiasmar a una ciudadanía cuya apatía refleja el vacío de la política actual.

*Director de González y Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Monotono-cierre-del-ano-electoral-20141228-0025.html

domingo, 14 de diciembre de 2014

Siete años de cristinismo

Esta semana se cumplieron siete años del mandato presidencial de Cristina Kirchner. En diciembre de 2007, la Presidenta asumía luego de ganar en primera vuelta con el 45%. Durante la campaña, bajo el eslogan “Cristina, Cobos y vos”, había prometido fortalecer las instituciones, una asignatura pendiente en el gobierno de Néstor Kirchner.
Desde aquel momento sucedieron muchos hechos que impactaron a la opinión pública. Una enumeración asistemática incluiría: la crisis del campo, la crisis financiera, la estatización de las AFJP, la derrota ante Francisco de Narváez, el decreto de asignación universal por hijo, el Fútbol para Todos, el enfrentamiento con el Grupo Clarín, la Ley de Medios, el fallecimiento de Néstor Kirchner, la reelección con el 54%, el Boudougate, la tragedia de Once, la reestatización de YPF, el intento de reformar la Justicia, el intento de re-reelección, el Báezgate, la derrota ante Sergio Massa, la reforma del Código Civil, la crisis del dólar, el desborde inflacionario, los fondos buitre y el default, la reforma del Código Procesal Penal, etc.
Transcurridos años y acontecimientos, las valoraciones sobre el kirchnerismo siguen radicalizadas. Así, a la época ganada se le opone la década perdida; a la promesa de institucionalización, la evidencia de control del Parlamento y la Justicia; al relato del modelo de crecimiento con inclusión, la gravedad de la inflación, la corrupción, el narcotráfico y la inseguridad; a la magnificencia del relato, la crudeza de la realidad. La metáfora de “la grieta” expresa el dramatismo de visiones antagónicas irreconciliables.
La selectividad de la percepción es un clásico principio epistemológico que sostiene que sólo vemos lo que podemos o queremos ver; el resto lo ignoramos o negamos.
La grieta. Los kirchneristas creen en las buenas intenciones declamadas por la Presidenta, a las que ven plasmadas en actos de gobierno investidos de virtud. Los hechos contrarios son negados o atribuidos a maldades ajenas.
Los antikirchneristas, en cambio, parten de un supuesto distinto al que aplican una lógica similar: la única intención kirchnerista no es el bienestar del pueblo sino la conservación y acumulación del poder. En consecuencia, la razón anti K advierte que detrás de cualquier medida aparentemente noble, se esconde un verdadero fin de carácter innoble.
La fórmula de cada cosmovisión resulta simple, casi de sentido común. Para un espíritu K, la acumulación de poder no es un defecto, sino una necesidad para enfrentar a los enemigos del pueblo. Para un espíritu anti K, en cambio, las supuestas virtudes del Gobierno no han sido más que subterfugios demagógicos para afianzar el poder. Dentro de un año Cristina Kirchner deberá entregar el poder a su sucesor. Entonces la grieta formará parte de la historia. O no.

*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Siete-anos-de-cristinismo-20141214-0055.html

domingo, 7 de diciembre de 2014

La negación de lo evidente como práctica política

El juez Claudio Bonadio investiga una causa por irregularidades de una empresa, que podrían vincularse con el delito de lavado de dinero. La empresa es propiedad de la presidenta Cristina Kirchner. El kirchnerismo reacciona denunciando al juez para lograr apartarlo de la causa. Es evidente: el Gobierno preferiría que la Presidenta no fuera investigada.
El oficialismo logra sancionar la ley de reforma del Código Procesal Penal. Detrás del loable fin de mejorar la Justicia ­–otorgando mayor poder para que los fiscales investiguen– se agazapa un velado intento de controlarla. En efecto, el Anexo II de la ley autoriza a la procuradora general, Alejandra Gils Carbó (quien ha dado sobradas pruebas de su ferviente militancia K), a designar 1.700 cargos sin concurso en el Ministerio Público. Es evidente: la posible designación de funcionarios adictos puede convertirse en un escudo protector para garantizar la futura impunidad de funcionarios acusados de corrupción.
Hace unos días, el ministro Axel Kicillof declaró que una inflación del 40% es una “sensación térmica” que pretenden instalar las consultoras privadas. En septiembre de 2012, cuando la inflación ya orillaba el 25% anual, la Presidenta sentenció, ante un auditorio en la Universidad de Georgetown, que “si la inflación fuera de 25%, el país estallaría por los aires”.
Por su parte, Aníbal Fernández, en sus épocas de ministro, aseveraba que la inseguridad también era apenas una sensación; aunque años más tarde se encargó de negar sus propios dichos a través de las volteretas argumentales a las que es afecto.
Una vez más resulta evidente: el Gobierno kirchnerista ha exhibido una patológica compulsión a negar la realidad y la magnitud de graves problemas, como la inseguridad, la inflación y la corrupción. Hoy lo sigue haciendo. Y probablemente lo hará hasta el fin de su mandato.
La negación es una de las formas más elementales de la mentira. También constituye la base del autoengaño. Uno de los posibles destinos de quien miente es terminar creyendo su propia mentira. Ya lo aludía Borges, citando a Novalis: “El mayor hechicero sería aquel que se embrujara él mismo al punto de tomar sus propias fantasmagorías por apariciones autónomas”. Podría agregarse: de tanto jugar a ser un personaje, éste termina entonces tomándolo a uno.
¿Creerá realmente el Gobierno en sus propias mentiras o éstas serán apenas la expresión de una orquestada impostura?
Quizás la negación sea la moneda corriente de un tiempo político plagado de relatos y relatores. Acaso sea la expresión más salvaje de un gobierno cuya obsesiva ansia de poder ha anestesiado su conciencia. Al fin y al cabo, la conciencia es el último bastión capaz de inhibir la mentira. Claro, siempre que no esté embriagada por el éxtasis del poder.
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/La-negacion-de-lo-evidente-como-practica-politica-20141207-0022.html

domingo, 23 de noviembre de 2014

Lilita: portazo y paradojas

Finalmente “Lilita” Carrió dio el portazo. Su decisión disparó una serie de interrogantes: ¿hizo bien al renunciar a su candidatura dentro de UNEN?, ¿su salida beneficia al oficialismo?, ¿fortalece o debilita a la oposición?, ¿qué candidato resultará más beneficiado o perjudicado?, ¿la oposición debería ir unida?, ¿qué uniones serían las mejores?, etc. Nuestra encuesta publicada en la edición de PERFIL de hoy intenta responder algunas de esas preguntas.
En principio, la salida de Carrió arroja un saldo neutro: un 24% cree que favorece más al oficialismo, contra un 26% que considera que beneficia a la oposición y un 30% que entiende que no hay nadie particularmente beneficiado.
Algo similar se observa en relación al impacto sobre la oposición:  un 32% piensa que ésta se fortalecerá, mientras un 29% cree que se debilitará, y el resto no sabe.
Cuando se indaga sobre los principales perjudicados por la decisión de Carrió, en primer lugar, aparecen los otros candidatos de UNEN, con un 30% de menciones y, en segundo lugar, la propia “Lilita”, con un 18%. En cambio, cuando se indaga por los beneficiarios, sólo un 18% invoca al propio UNEN y apenas un 9% a Carrió. Tomados en conjunto, estos resultados  abonan la idea de que la ruptura de Carrió fue un acto más autodestructivo que constructivo.
En cuanto a otros beneficiarios se mencionan a Mauricio Macri (15%) y a Sergio Massa (13%). Aunque no se desprende de la encuesta, podría conjeturarse que el beneficio para Macri podría derivar tanto de una “luz verde” para acordar con Carrió, como de votantes decepcionados con  UNEN que migrarían hacia el PRO, en tanto alternativa no peronista con chances. De tal modo, la salida de Carrió, paradójicamente, podría favorecer a Macri sin que ni siquiera necesite acordar con la chaqueña. Asimismo, Sergio Massa también podría resultar favorecido, tanto al desactivarse la amenaza de un eventual frente UNEN-PRO, como por la posibilidad de captar a los decepcionados de UNEN que no comulgan con Macri.
Por último, al indagar entre los votantes opositores no se verificó consenso respecto de si preferían una oposición más o menos unida. Lo cual sugiere que la fragmentación de la oferta opositora resulta simétrica a la de su electorado.
Volviendo a “Lilita”, su vida política parece siempre signada por cierto halo de paradoja. En efecto: “Lilita” quiere unir, pero termina dividiendo; pretende ser estratega, pero termina hundida en tácticas caprichosas; dice supuestas  verdades, pero pocos parecen creerlas; es la más opositora del kirchnerismo, pero también quien tiene un estilo fundamentalista más parecido.
Es probable que cuando “Lilita” se retire de la política, muchos añoren su presencia tan controvertida como pasional. Si eso sucediera, aunque involuntaria, acaso sería su última paradoja.
* Director de González Valladares.
http://www.perfil.com/columnistas/Lilita-portazo--y-paradojas-20141123-0024.html


domingo, 16 de noviembre de 2014

La agonía de UNEN y la violación del sentido común

En 2013, UNEN fue la novedad política que pareció demostrar que la coincidencia en un valor trascendente puede superar las diferencias ideológicas. Su promesa era sencilla: unirse para salvar los valores republicanos amenazados por el kirchnerismo.
En abril de 2014, el Frente Amplio UNEN fue recibido como una esperanza por la ciudadanía desencantada con el peronismo. Los primeros sondeos lo ubicaron como una tercera fuerza, superando al PRO.
Luego sobrevino una cadena de desaciertos. La raíz de la discordia radica en la tensión entre pragmáticos, como Elisa Carrió y Ernesto Sanz, y principistas como Hermes Binner y Pino Solanas. Los primeros pretenden una coalición con Mauricio Macri justificada por la lógica de ceder pureza ideológica para salvar la República; los últimos entienden que el logro de esa meta no justifica abjurar de valores indeclinables. Julio Cobos podría representar un caso diferente: quizás considere que los acuerdos con Macri o con Sergio Massa simplemente opacan la identidad del espacio y restan chances.
El fondo dilemático parece comprensible. Pero lo que resulta inadmisible es el modo con que los diferentes actores, especialmente Carrió, han tratado el tema hasta sumir al frente en una crisis absurda de final incierto. Aunque debería decirse que se trató de errores políticos, resulta evidente que la agonía de UNEN obedece mejor a una serie de violaciones del sentido común:
◆ Ventilar públicamente lo que debería discutirse en privado: si en UNEN existe realmente un dilema, ¿no debería debatirse puertas adentro en lugar de enviarse mensajes irónicos en forma mediática?
◆ Hablar sin consensuar: si alguien considera la conveniencia de acordar con Macri, ¿no sería más simple discutir antes de formular declaraciones que obligaron a los disidentes a ingresar en una escalada verbal?
◆ No tener en cuenta a los demás: ¿se habrá puesto en el lugar del otro quien denunció la imbecilidad de algunos dirigentes de UNEN? ¿No es ése un modo de autodegradarse?
◆ Considerar los fines como si fueran caprichos: cuando la estrategia hacia un fin incluye realizar algo discutible pero se insiste en hacerlo desconsiderando las razones contrarias, ¿no se trata más de capricho que de estrategia?
◆ Negar lo evidente: UNEN está sumido en una crisis estructural, pero algunas de sus voces insisten en que apenas se trata de conflictos propios de una fuerza en crecimiento. ¿Lo creen realmente?
◆ Confirmar las dudas hasta el paroxismo: cuando apareció UNEN, las mentes escépticas sostenían que su heterogeneidad ideológica lo tornaría inviable. En lugar de despejar esas dudas, sus referentes parecen empeñados en confirmarlas.
Una reflexión final: cuando se aspira a unir lo distinto en pos de lo trascendente, habría que precisar el alcance de cada término. Eso también es sentido común.
http://www.perfil.com/columnistas/La-agonia-de-UNEN-y-la-violacion-del-sentido-comun-20141116-0042.html

sábado, 8 de noviembre de 2014

Los caballos de Troya del kirchnerismo

Aunque algunos lo den por terminado, el kirchnerismo no cede un ápice. Fiel a su tradición, el Gobierno sigue exhibiendo un patrón común en su accionar político: invocar una causa noble que parece encubrir un fin cuestionable.
Ya ocurrió con una Ley de Medios a la que se presentó como panacea de pluralismo, pero que pareció pergeñada para acallar a los medios opositores. Antes había sucedido con la guerra del campo, un fallido intento de engrosar la caja presentado como cruzada contra la oligarquía terrateniente. Ocurrió luego con la estatización de YPF, disfrazada de símbolo de soberanía, pero que terminó opacada por claudicaciones encubiertas en oscuros contratos con una corporación paradigmática del imperialismo transnacional.
Ahora llega el turno de Argentina Digital, un proyecto al que se intenta presentar como una “Ley de Medios 2” destinada a la universalización de la información digital,  pero que –al dejar sin efecto la prohibición de que las telefónicas participen en la explotación de servicios audiovisuales– parece hecha a la medida de grupos monopólicos afines.
El Gobierno también se apresta a intentar la sanción del nuevo Código Procesal Penal, un proyecto que se presentó como orientado a lograr celeridad en los juicios pero que parece encubrir un intento encaminado al control  de los fiscales y de la Cámara de Casación Penal, a los efectos de asegurarse inmunidad ante eventuales juicios de corrupción futuros. Concretamente, se teme la posibilidad de que un tribunal controlado por el kirchnerismo termine desestimando las apelaciones por juicios de corrupción que pudieran enfrentar sus funcionarios cuando dejen el poder.
El caballo de Troya quizá sea el máximo arquetipo de las historias épicas. También representa una metáfora sobre la astucia y el engaño en la guerra y en la vida.  Es también el ejemplo paradigmático del señuelo que esconde una trampa. Como sucede con los cantos de sirenas, alguien se deja encandilar por una tentación irrenunciable que lo conduce a una desgracia imprevista. Experto en el arte de la impostura, el kirchnerismo supo otrora seducir a más de un opositor incauto para asegurar sus fines. Ahora intenta volver a hacerlo.
A los oficialistas de culto les gusta aseverar que Néstor Kirchner reivindicó a la política como acción transformadora. En cambio, las mentes más escépticas (o las más lúcidas) entendieron que la razón kirchnerista siempre fue una impostura más cercana a la prestidigitación y el ilusionismo que una auténtica ideología inclusiva y liberadora.
Mientras la presidenta Cristina Kirchner está temporalmente ausente por razones de salud, la maquinaria del Gobierno continúa su ritmo febril. Quizás ya no logre convencer a nadie para sancionar las leyes. Pero acaso eso le importe poco mientras tenga la mayoría.
*Consultor político, director de González y Valladares.
http://www.perfil.com/columnistas/Los-caballos-de-Troya--del-kirchnerismo-20141108-0100.html