domingo, 27 de abril de 2014

El factor UNEN y la inteligencia electoral

El martes pasado el Frente Amplio UNEN se presentó en sociedad. Los resultados de la primera encuesta posterior a ese acto revelan que la presentación nacional del frente resulta auspiciosa para sus pretensiones de constituirse como real alternativa de poder.
Si la inteligencia electoral refiere al diseño inteligente de una estrategia política tendiente a maximizar chances electorales, UNEN estaría dando muestras de poseerla. Analicemos por qué:
UNEN fue el primer espacio político que comprendió que las PASO eran una oportunidad para sumar. En efecto, si la Ley de Lemas y las listas colectoras lo posibilitaban, ¿por qué no intentarlo con las PASO?
Si el fracaso de la oposición en 2011 se debió al alto nivel de fragmentación, quizás más fundado en cuestiones de egos que en afinidades ideológicas, ¿por qué no aprender de ese error para superarlo?
Si durante el 8N y otras marchas de 2012 la gente reclamaba a gritos que la oposición se uniera, ¿por qué no trabajar sobre el espacio de afinidades que justificara hacerlo?
Como suele ocurrir, retrospectivamente todo eso parece obvio. El mérito de UNEN fue su disposición y firmeza para avanzar realizando aquellas posibilidades.
Si hoy UNEN se suma como fuerza competitiva se entiende que represente una amenaza para las ya establecidas.
En principio, Daniel Scioli podría ser el más afectado, dado que UNEN ya le pisa los talones en intención de voto y, por ende, amenaza dejarlo afuera de un eventual ballotage. El gobernador sufre así un nuevo jaque que suma al de Sergio Massa y al de un oficialismo que nunca termina de aceptarlo plenamente.
Para Sergio Massa la irrupción de UNEN tampoco parece inofensiva. En primer lugar, el frente irrumpe como una auténtica alternativa no peronista. Al respecto, es probable que en las legislativas de 2013 el tigrense haya acaparado un voto útil no peronista que lo abrazó en ausencia de una opción con chances reales. Si UNEN se consolidara en ese posicionamiento, aquellos votos podrían entonces volver a su genuino origen.
Por último, aunque los escarceos de una posible alianza UNEN-PRO disimulen el hecho, lo cierto es que la exitosa irrupción del frente con vuelo propio, también representa una amenaza para Mauricio Macri. En primer lugar, UNEN ya lo ha desplazado del cómodo tercer lugar que detentaba hasta ahora. Pero además, a futuro podría determinar que parte del electorado macrista no peronista terminara migrando a un espacio que lo represente mejor. Entonces UNEN ya no debería afrontar el dilema de una alianza ideológicamente impura con el jefe de Gobierno, en la medida en que la demanda electoral ciudadana ya la habría tornado innecesaria.
Aunque queda un largo camino para transitar, el debut en sociedad de UNEN resulta auspicioso y, de alguna manera, enriquece el debate en torno a la sucesión presidencial. Por supuesto, para consolidar un rol competitivo deberá, por un lado, afrontar sus propios problemas internos y, por otro, convencer a una sociedad incrédula de que existe vida más allá del peronismo. Lo cual no es poco.
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/El-factor-UNEN-y-la-inteligencia-electoral-20140427-0050.html

sábado, 19 de abril de 2014

PRO-UNEN: ¿una alquimia política posible?

¿Qué pasaría si se unieran Mauricio Macri y UNEN? Tal posibilidad suscita una serie de interrogantes: ¿se trataría de una jugada política madura e inteligente o de un nuevo engendro electoralista condenado al fracaso? ¿Sería una excelsa alquimia electoral o apenas un burdo manotazo de ahogado por parte de quienes avizoran que tienen pocas posibilidades? En un nivel más pragmático, esas preguntas remiten a otra más simple: ¿a través de esa alianza existiría una chance electoral cierta para dos espacios políticos que hoy estarían en desventaja frente a Sergio Massa y Daniel Scioli? Lo cual supone analizar si la ecuación entre sumas y restas tiene signo positivo y magnitud suficiente. En consecuencia, se bosquejan aspectos a favor y en contra de esa unión.
A favor. En principio, la idea de una alianza UNEN-PRO podría ser útil para captar a aquella porción del electorado hastiada del kirchnerismo pero también del peronismo. Desde tal perspectiva, la incipiente coalición podría aspirar a posicionarse como una alternativa ética-republicana que reivindique el valor de la institucionalidad, en contraposición al modelo de connivencia con la corrupción que cierto imaginario ciudadano atribuye al peronismo. Adicionalmente, al unirse, tanto UNEN como el PRO evitarían tener que entablar una guerra táctica entre sí tendiente a demostrar quién es realmente la verdadera opción republicana. Por último, el aspecto virtuoso de la unión podría estar dado por la impronta con que contribuiría cada socio. Así, Macri aportaría el modernismo hacedor, Binner, el progresismo eficiente, Cobos, la mesura institucionalista y el consenso dialoguista, Carrió y Solanas la intransigencia ante la corrupción, etc.
En contra. Evidentemente, el talón de Aquiles de UNEN-PRO es su mezcla ideológica. Aunque la oposición al kirchnerismo, la ética republicana y la lucha contra la corrupción constituyan valores suficientes para propiciar una coalición, el problema es si las diferencias internas de sus integrantes no resultan más graves que lo que los distinguiría del bando contrario. Tal fragilidad de origen podría determinar reparos en la ciudadanía. Por un lado, en un plano ético podría ocurrir que, en lugar de interpretarse que la coalición se funda en una necesidad ética-republicana, se leyera como simple oportunismo inescrupuloso y, por ende, eso determinara un efecto contrario. Por otro lado, en un nivel pragmático podría percibirse que una coalición con tantos “caciques” como ideologías contrapuestos nace condenada a no poder encontrar consensos mínimos para gobernar. En consecuencia, sería posible que la misma ciudadanía que reniega del peronismo termine finalmente votándolo porque del otro lado emerge ese angustiante horror denominado “fantasma de la no gobernabilidad”.
Fortalezas, riesgos y paradojas. La alianza UNEN-PRO nacería de una necesidad y engendra una virtual paradoja: unirse para mejorar una posición a riesgo de empeorarla.
En síntesis, puede concluirse que tal unión representa un jugada audaz y riesgosa. Tal vez el mismo UNEN –sea por principios o por cálculo– no se determine a consumarla. Pero si lo hace, deberá aplicar una inteligencia superlativa para convencer a una sociedad hastiada e incrédula de que esta vez tiene sentido creer.
*Director de González y Valladares Consultores de Marketing Político.
http://www.perfil.com/columnistas/PRO-UNEN-una-alquimia-politica-posible-20140419-0002.html

domingo, 6 de abril de 2014

Reflexiones en torno a la violencia

Todo comenzó con la trágica muerte de un joven rosarino a raíz de una brutal paliza propinada por un grupo que lo acusaba de un hurto. Luego, a modo de efecto contagio, sucedieron otros hechos que, aunque con desenlaces disímiles, presentaron un denominador común: el intento de aplicar justicia por mano propia. La profusa cobertura mediática de esos hechos (incluyendo declaraciones políticas diversas) generó un sinfín de acalorados debates. Se mezclaron argumentos, ideologías, simplificaciones, chicanas y pasiones diversas. Esto propicia algunas breves reflexiones.
Describir, valorar y comprender. A nadie escapa que el modo de nombrar un fenómeno revela cómo se lo piensa. En tal sentido, “linchamiento” apunta a describir un acto consistente en ejecutar a alguien a quien se acusa de un delito, realizado por un grupo y sin que medie proceso legal. En cambio, “ajusticiamiento” o “justicia por mano propia” connotan una valoración justificativa del acto. Por otra parte, la calificación jurídica o moral de un hecho no invalidan ni su comprensión existencial ni la invocación de sus posibles causas sociales o políticas. Por ende, la referencia a lo último no necesariamente implica desconocer lo primero.
Así, cuando el juez Eugenio Zaffaroni sostiene que el linchamiento “no es legítima defensa, sino homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento”, tiene plena razón en cuanto al orden ético-jurídico. Del mismo modo en que la diputada Alcira Argumedo también tiene razón cuando señala que los linchamientos son consecuencias de la impunidad de que gozan las cúpulas del poder. Y el diputado Sergio Massa, luego de condenar los linchamientos, también tiene razones para señalar que eso ocurre porque hay un Estado ausente en materia de seguridad.

Dilemas circulares. Otra consecuencia del debate refiere al modo en que se establece quiénes son víctimas y quiénes victimarios. Así, descriptivamente, los linchamientos parecen determinar un enroque entre unos y otros. Un axioma de la comunicación que el psicólogo Paul Watzlawick, su creador, denominó “puntuación de la secuencia de hechos”. Básicamente, se sostiene que las conductas se suceden en una secuencia ininterrumpida de causalidades que, al momento de ser explicadas por quienes están involucrados, se secuencian de modo diferente conforme a intereses o preconceptos. Watzlawick entiende que la falta de acuerdo respecto del modo de puntuar esas secuencias es la causa de incontrolables conflictos en las relaciones humanas. Nótese que en el caso analizado existen dos explicaciones antagónicas asociadas a sendas puntuaciones de los hechos. Por un lado, la “tesis garantista” insistirá en que la delincuencia no es sino la resultante de la inequidad social de la que, como en el caso de los linchamientos, los excluidos terminarán siendo víctimas. Por otra parte, la “tesis justiciera” insistirá en que los linchamientos no son sino la consecuencia obligada ante una violencia delincuencial imparable e impune. Lo intensamente dramático es que, en parte, ambos tengan razón
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Reflexiones-en-torno-a-la-violencia-20140406-0019.html