domingo, 26 de octubre de 2014

El escenario electoral: un año después, un año antes

Hace un año, Sergio Massa se imponía claramente en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, constituyéndose en la promesa de un liderazgo político emergente.
Aquel triunfo tuvo un valor real pero también simbólico. Para muchos, significó un freno a las pretensiones hegemónicas de un oficialismo al que se le atribuía la intención de reformar la Constitución para habilitar la re-reelección de la presidenta Cristina Kirchner.
Además, los más férreos críticos del Gobierno se apresuraron a decretar el ocaso de un kirchnerismo al que sólo le restaría administrar el tiempo de la transición.
Desde la vereda opuesta, la lectura de los hechos era muy diferente. Al contabilizar la totalidad de votos a nivel nacional, el oficialismo reivindicaba seguir siendo la principal fuerza política. Además, mientras relativizaba el valor de una elección de medio término, vaticinaba que el efecto Massa era solo un fenómeno coyuntural que se desvanecería en la aridez de la labor parlamentaria, de modo análogo a lo que ya había acontecido con Francisco de Narváez luego de su triunfo de 2009.
Por su parte, un incipiente UNEN se autopromocionaba como un nuevo modo de encarar consensos a partir de coincidencias sobre fines republicanos que minimizarían diferencias menos sustanciales.
Mientras, Mauricio Macri entendía que la aprobación  de su gestión capitalina representaba el espaldarazo necesario para su proyección nacional.
Luego de un año, la realidad se ha mostrado austera con aquellas ilusiones. Aunque algo de lo que se predecía ocurrió, nada terminó de suceder de modo evidente.
Tal como se desprende de nuestra última encuesta, Sergio Massa encabeza la intención de voto con alrededor de 30 puntos, pero aún está lejos de convertirse en el nuevo líder político capaz de entusiasmar a la mayoría. Daniel Scioli, ubicado segundo con 26%, demuestra que tanto el kirchnersimo como él mismo siguen siendo alternativas competitivas para 2015. Por su parte, el sólido crecimiento electoral de Mauricio Macri, quien escaló de un magro 14% a un competitivo 21%, lo mantiene como candidato con chances ciertas de ubicarse en segundo lugar. Por último, el Frente Amplio UNEN, que arrancó con fuerza para después navegar en sus indeterminaciones estructurales, aún tiene alguna posibilidad de encauzar el rumbo, tal como se expresa en el 14% que obtendría Julio Cobos.
Aunque algunos ciudadanos y analistas se sienten inquietos ante cierta monotonía e indefinición del escenario electoral actual, quizás eso pueda también tener un valor positivo para la democracia. Porque, cuando ningún candidato tiene nada asegurado, es el momento más propicio para que se esfuerce en diferenciar su proyecto, sea que lo tenga o que deba elaborarlo para estar a la altura de sus promesas.
Para semejante desafío, el año que resta es más que suficiente.
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/El-escenario-electoral--un-ano-despues-un-ano-antes-20141026-0016.html

domingo, 19 de octubre de 2014

Las mujeres del poder

Algunos opinadores suelen escandalizarse y apresurarse a emitir juicios valorativos algo simplistas frente a la participación de las mujeres de los candidatos: destacan disvalores tales como oportunismo, escepticismo o superficialidad. Conforme a nuestra encuesta, esa postura contrasta con cierta parsimonia de las respuestas de los consultados. El 37,2% valora positivamente que la esposa de un candidato presidencial participe en política, mientras que, para el 48,1%, que una primera dama realice declaraciones o participe en política debe valorarse según cada pareja presidencial.
Además, la encuesta revela que, junto a aspectos claramente negativos como el oportunismo y el temor a que la sociedad político-conyugal pueda representar un trampolín hacia la alternancia indefinida en el poder, las damas presidenciales podrían contribuir con valores positivos como la sensibilidad social o la humanización del arquetipo del político varón y también aportar contenido a la gestión presidencial.
Por cierto, no siempre resulta fácil surfear la tensión entre la visión escéptica y la tonta ingenuidad, pero este contraste entre la mirada severa del opinador cínico y la ecuanimidad expectante de la ciudadanía acaso amerite alguna reflexión. Quizás antes que juzgar en base a figuras arquetípicas o históricas, hay que escuchar qué es lo que una probable dama presidencial tiene para decir. Y después juzgar si eso es importante, trivial u oportunista.
En el ideal, la política debería ser una pasión noble desprovista de las ambiciones y sombras humanas. Pero en realidad es apenas una cosa de hombres. Y también de mujeres, sean o no primeras damas.
*Director de González y Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Las-mujeres-del-poder-20141019-0039.html

sábado, 11 de octubre de 2014

Las razones de Cristina, entre los deseos y la realidad

Los últimos discursos y medidas del gobierno de Cristina Kirchner parecen presagiar que el oficialismo se prepara para una arremetida contra quienes han sido definidos como enemigos.
Así, la nueva –y extemporánea– embestida contra el Grupo Clarín y medios opositores parece amalgamarse a la declarada guerra contra los fondos buitre.
En la historia del kirchnersimo, los enemigos –el campo, los medios, la Justicia Federal, los fondos buitre– fueron sucediéndose en batallas secuenciales, pero hoy parece asistirse al inicio de una guerra en todos los frentes.
¿Qué se propone la Presidenta?, ¿por qué insiste en aplicar la misma escalada beligerante que le granjeó más rechazos que aceptaciones?, ¿acaso está tramando algo?
Conocer las razones del kirchnerismo suele ser un ejercicio desafiante. Aquí se bosquejan algunas posibilidades:
1. Las grandes batallas son la respuesta obligada ante el ataque de males poderosos.
 Si, efectivamente, existieran enemigos confabulados dispuestos a todo para someter a un pueblo, entonces encarar una epopeya libertaria sería un deber legítimo y necesario para un líder. Aunque suene simplista, ésta parece ser la tesis pública de la Presidenta.
2. Cuando un presidente está agotando su mandato, si no quiere perder poder anticipadamente, debe actuar como si la limitación temporal no existiese.
Es lo que suele denominarse la teoría del “pato rengo”, para significar que un poder con fecha de caducidad se torna vulnerable. Conforme a esto, Cristina estaría maximizando una estrategia confrontativa para no perder agenda.
3. Salir con poder sólido para volver con poder recargado.
Bajo esta hipótesis, Cristina aspiraría a retirarse en la plenitud de su poder, a efectos de dejar en la ciudadanía la impronta de que es la única capaz de asegurar la gobernabilidad, para así poder preparar un regreso triunfal en 2019.
4. Es preferible una derrota épica antes que una alternancia sin brillo, donde simplemente se entrega el poder a quien gane las elecciones.
Conforme a esta conjetura, ante la imposibilidad constitucional de un nuevo mandato de Cristina Kirchner, la Presidenta apuntaría a tensionar al máximo los conflictos con sus enemigos, a efectos de que en la ciudadanía sobrevuele la sensación de que intereses poderosos entorpecieron el desarrollo pleno del modelo nacional y popular, lo que maximizaría las chances de un retorno triunfal en 2019.
5. Los grandes líderes de las grandes causas deben intentar crear las condiciones que posibiliten su permanencia.
Según esta hipótesis, sin duda la más inquietante, la estrategia que perseguiría el gobierno nacional al maximizar su beligerancia radica en crear un marco situacional que justifique recurrir a un atajo jurídico tendiente a posibilitar que Cristina Kirchner pueda presentarse como candidata en 2015.
 A veces, los deseos y la realidad suelen engendrar sutiles entramados entre alternativas que no terminan de ser excluyentes.

*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Las-razones-de-Cristina-entre-los-deseos-y-la-realidad-20141011-0082.html