domingo, 27 de julio de 2014

El mapa electoral actual: un escenario abierto

Nuestra última encuesta afianza algunas tendencias y revela una novedad. En los dos escenarios medidos, Mauricio Macri aparece en un virtual empate con el candidato del FpV. Si el candidato oficialista fuera Scioli, el resultado sería así: Sergio Massa (28,6%), Daniel Scioli (23,9%), Mauricio Macri (23,4%) y Julio Cobos (17,3%). Si fuera Randazzo, ocurriría algo muy similar.
En cuanto al ballottage, Sergio Massa ganaría claramente todos los escenarios. Mientras que los candidatos del FpV serían derrotados por Massa, Macri y Cobos. Mauricio Macri se impondría sobre Julio Cobos.
Además, se indagaron capacidades atribuidas a los candidatos. Sergio Massa es percibido como el más capacitado para combatir la inseguridad, la inflación y la pobreza, siempre seguido por Mauricio Macri. La única excepción fue la de Julio Cobos, valorado como el más capaz de combatir la corrupción. Ante tal cuadro, subsiste una duda: ¿Massa y Macri resultan votables porque se les reconocen capacidades diferenciales omnímodas o, al revés, se les atribuyen cualidades de modo cuasi mágico luego de decidirse a votarlos?
A continuación, se esboza un perfil electoral de de los principales candidatos.
Sergio Massa: Marchar primero es una de sus fortalezas. Todavía conserva la impronta de ganador luego del triunfo de las legislativas, donde se erigió como promesa. Su desafío es lograr estar a la altura de las expectativas que suscitó. Quizá su dilema fundamental radique en demostrar que es realmente una alternativa superadora orientada al futuro, mientras que las sombras de su pasado K siguen generando dudas en quienes aspiran a un cambio.
Daniel Scioli: El gobernador se mantiene en carrera. Su fortaleza, consustancial a su persona, es agrandarse en la adversidad. Su gran desafío es superar su dilema estructural: seguir siendo oficialista de un barco a la deriva y al mismo tiempo ser el candidato transversal que supo entusiasmar.
Mauricio Macri: Su fortaleza es comenzar a lograr aquello para lo que trabaja desde siempre: erigirse como el opositor más claro. Para ese fin, debe superar dos frentes: el de UNEN y el de Massa. En lo primero le estaría yendo bien. En lo segundo, no.
Julio Cobos: Aunque con menores chances que Massa y Macri, todavía tiene potencialidad. Su dilema es que la virtud que se le reconoce (político honesto capaz de enfrentar la corrupción) no oscurezca otras (capacidad de gestionar).
Florencio Randazzo: Una alternativa del FpV tan competitiva como la de Scioli, aunque con un obstáculo similar: demasiado oficialista como para trascender por fuera del espacio K. Una curiosidad: aunque parte de la ciudadanía le atribuye un rol de hacedor eficiente (pasaporte, DNI, trenes), cierto establishment analista mediático no termina de considerarlo como tal. Quizá la idea implícita de que el único candidato oficialista con chances es Scioli funcione como un obstáculo para reconocerle potencial.
*Director de González/Vallarades Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/El-mapa-electoral-actual--un-escenario-abierto-20140727-0006.html

domingo, 20 de julio de 2014

Lo habían Amado tanto

Durante los últimos días, el vicepresidente Amado Boudou volvió a ser noticia: fue el principal orador en el acto de la Independencia, estuvo a cargo del Poder Ejecutivo por ausencia de la presidenta Cristina Kirchner y, como titular del Senado, recibió al presidente chino Xi Jinping. Mientras, los procesos judiciales en su contra siguen su inexorable curso.
Como contrapartida, en el círculo del Gobierno su presencia resulta cada día más incómoda. ¿Qué hacer con Boudou?, parece la pregunta recurrente que no encuentra una respuesta clara. Sucede que ese interrogante simple esconde otros: ¿qué se quiere, qué se puede, qué conviene hacer?, ¿qué desea realmente la Presidenta?, ¿qué se quiere preservar y qué se teme perder?
Lo cierto es que en el interior del Gobierno pareciera haberse instalado una duda que carcome: ¿por qué seguir pagando un costo político que ensombrece el presente y compromete el futuro? Lo cual justifica conjeturar que el dilema de fondo acaso radique entre el deseo presidencial de no cargar con la responsabilidad de un error de origen y las necesidades de quienes aspiran a ser los continuadores del ideario kirchnerista.
Los planes de la historia. Mientras el Gobierno se debate en esa compleja duda hamletiana y los avances de la Justicia jaquean al vice desde diversos frentes, la figura de Amado Boudou sigue afianzándose como símbolo involuntario de los aspectos más sombríos de la política. Como parábola del apogeo y la caída del poder. De su encanto primigenio y su irreversible decepción. Como prueba palmaria de que mientras algunos dedican su vida a construir poder con paciencia y avaricia, otros se encargan de dilapidarlo licenciosa e inescrupulosamente.
Más allá de su suerte judicial y política, quizás la historia ya esté fraguando para Boudou el sitial menos grato: el del político arribista que con seducción y carisma supo conquistar a una presidenta que hizo del capricho uno de sus tantos modos de ejercer el poder.
Amado Boudou: una moderna versión de Avivato, aquel personaje de historieta que encarnaba al típico porteño vividor y oportunista, tan simpático como inescrupuloso, que terminaba esquilmando a sus víctimas ocasionales. En cada acto, su sello: simpatía, mentira, estafa.
Si el poder kirchnerista es un poliedro, Amado Boudou quizás sea el símbolo de su costado más frívolo y narcisista. El de la sustancia del engaño.
Boudou, el vicepresidente cuya desgracia hoy salpica al corazón del Gobierno. Alguna vez fue amado. Ya no.

PD: Esta semana se cumplieron seis años del famoso voto no positivo con que Julio Cobos, el vice de entonces, le proporcionó al Gobierno el doble beneficio de destrabar el conflicto del campo que lo tenía jaqueado y, adicionalmente, le permitió afianzar esa épica que luego se convirtió en “el relato”, donde el rol de Cobos sería el de una especie de Judas. Mientras que aquel vice salvó involuntariamente al Gobierno, el actual no deja de hundirlo. Mal que le pese al Gobierno, lamentablemente hoy no parece que vaya a existir algún Cobos cuyo gesto pueda “mágicamente” salvarlo de Boudou.
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/Lo-habian-Amado-tanto-20140720-0045.html

sábado, 12 de julio de 2014

La política después del Mundial

El Mundial va llegando a su fin. Mañana la política abrirá un nuevo capítulo donde los candidatos irán definiendo su juego. Si se lo compara con el Mundial el escenario electoral de hoy tiene algo de semifinal, pero también de eliminatorias. Veamos:
Los resultados de nuestra última encuesta revelan lo siguiente: Sergio Massa-FR se ubica primero con una intención de 28,6%; segundo el FpV, con 28,3%; tercero FAP-UNEN con 21,5% y cuarto Mauricio Macri-PRO, con  20,7%. Pero cuando se analizan candidatos y no partidos o frentes, restan definiciones. Dentro del FpV se asiste a una clara paridad entre Florencio Randazzo (14,3%) y Daniel Scioli (14%). Lo mismo ocurre dentro del FAP-UNEN entre Julio Cobos (11,8%) y Hermes Binner (9,7%). Si se piensan las PASO como una instancia semifinal aún falta definir quiénes competirán con Massa y Macri. Pero allí terminan las similitudes porque las PASO representan un puente hacia un cuadrangular que podría dirimirse en un ballottage.
Cuando el escenario se analiza desde la panorámica del proceso general, la fortaleza de Sergio Massa se amplifica. En efecto, en base a los actuales números, difícilmente el FpV podría sumar en primera vuelta el acumulado de 28,3% de Randazzo + Scioli. La explicación es sencilla: al menos un 15% de quienes votarían por uno u otro, preferirían hacerlo por Massa luego de las PASO. Lo cual determinaría una diferencia de 5 puntos a favor del tigrense (31% vs. 26% aprox.). Adicionalmente, Massa se impondría a Scioli, Randazzo, Macri, Cobos o Binner en un escenario de ballottage, por una diferencia que oscila entre 12 y 25 puntos.
No obstante, resultaría abusivo predecir en base a la foto de hoy. Faltan tiempo y definiciones. Resta saber cómo evolucionarán la economía, el caso Boudou, la deuda con los fondos buitre y qué heridas podrían abrirse en un gobierno que sigue perdiendo su impronta.
Además, resulta incierto avizorar cómo se diferenciarán candidatos que exhiben algunos rasgos comunes. Ninguno es populista o caudillo como pudieron serlo Néstor, Cristina, Menem o Alfonsín. Todos parecen serios, racionales y moderados. Ninguno, hasta ahora, ha conseguido enamorar al electorado.
Quizás esas limitaciones sean un signo de salud para una democracia que no termina de amalgamar plenamente la República con la justicia social. Acaso los ecos de tanta adrenalina política impidan comprender cabalmente la demanda de estos tiempos. Me atrevería a bosquejarla en una breve sentencia: la única “revolución” que se necesita es la de la inteligencia. Quien actúe en consecuencia será el próximo presidente. ¡A pensar entonces!
*Director de González Valladares Consultores.
http://www.perfil.com/columnistas/La-politica--despues-del-Mundial-20140712-0122.html